ASDUA

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SERVICIO DE MONTAÑA


























Grupos de Rescate e Intervención en Montaña

El día 15 de Marzo de 1940 se refunden el Cuerpo de Carabineros y la Guardia Civil, formando un solo Cuerpo que debe llevar el peso del orden público en las zonas rurales. Entre los problemas con los que se enfrenta el gobierno del general Franco está la resistencia activa del “maquis”, guerrilleros que en algunos casos cruzan la frontera con Francia para dar golpes de mano en nuestro territorio y, en otros casos, se refugian en las montañas de la geografía española con el mismo fin.
Es en estas fechas cuando se crean las Comandancias de Fronteras que se distribuyen en la zona Sur del Pirineo. Su misión principal es impermeabilizar la frontera con Francia para evitar el paso del “maquis”. Se escogen a guardias civiles que sepan esquiar para acceder a las mugas fronterizas y poder patrullar el límite con cierta garantía. Los guardias que no saben moverse con esquís aprenden de sus compañeros y poco a poco se va aumentando la eficacia de los servicios. Podemos decir que ya hay una “presencia técnica” de la Guardia Civil en nuestras montañas motivada por la necesidad de contar miembros del Cuerpo con conocimientos en el esquí.

De esta formación autodidacta se pasa, a instancia de la Comandancia de Fronteras de Gerona, a enviar al acuartelamiento del Ejército de Tierra en Rioseta (Huesca) a los guardias civiles para su adiestramiento. Esta formación por parte del ejército duraría desde 1.944 hasta 1.952 y de la misma se aprovechaban las cuatro comandancias que la Guardia Civil tenía desplegadas a lo largo de la frontera con Francia. Para fomentar el adiestramiento se organizan competiciones anuales entre las Unidades y los Aduaneros franceses, principalmente en la zona catalana, formándose el embrión de lo que en un futuro serían los equipos de competición del Cuerpo.
En el año 1.953 la Guardia Civil ya cuenta con posibilidad de instruir a sus propios Guardias Civiles, por lo que en vez de adiestrarse con el Ejército en Rioseta, la escuela se traslada al acuartelamiento de fronteras de Coll de Ladrones, en el mismo Valle del Aragón. Hasta 1.966 los cursos que, tanto aquí como en Rioseta, se impartían a los miembros del Cuerpo eran sólo de esquí y la duración de los mismos era de tan sólo 2 meses (Febrero y Marzo). Es de reseñar que la mayoría de los guardias civiles que acudían a este período de formación lo hacían con carácter forzoso, según las necesidades de cada comandancia.
Tras la parada sufrida por el deporte del montañismo en España durante la Guerra Civil y la posguerra, organizaciones como el Frente de Juventudes y, por supuesto la iniciativa de aquellos que ya habían practicado montañismo, comienzan a dar un empuje en los años cincuenta y sesenta a la práctica de este deporte. Al mismo tiempo que crece el número de practicantes lo hace el de accidentes y son los propios montañeros los que realizan el socorro de manera voluntaria y con la presencia de la Guardia Civil que debía levantar el correspondiente atestado judicial para documentar el accidente ocurrido y dar cuenta al Gobierno Civil de la provincia.
Ha de tenerse en cuenta que la prestación de este auxilio por parte de los voluntarios suponía en primer lugar que tuvieran que trasladarse desde zonas alejadas de los macizos montañosos en los que ocurrían los accidentes, que debían dejar su trabajo durante uno o dos días y debían usar su material particular para el rescate. Estas circunstancias hicieron que algunos Gobiernos Civiles dispusieran de un depósito de material y de una red de voluntarios que acudían en caso de llamada para prestar socorro. A pesar de eso la rapidez de respuesta no era la adecuada y fueron los propios montañeros los que demandaron a la Administración un servicio de rescate similar al de otros países europeos.
Si existía una región en España concienciada de la necesidad de formar unos grupos de rescate en montaña profesionales y públicos era Aragón y fueron los montañeros aragoneses los que tomaron la iniciativa para hablar con el Gobernador Civil de Huesca y con el Coronel Jefe del Tercio de la Guardia Civil de Zaragoza. Si era en los “cuartelillos” donde se recibía la primera noticia de los accidentes y al mismo tiempo eran los guardias civiles los que acompañaban a los montañeros voluntarios para levantar el atestado, estaba claro que era la Guardia Civil la que debía de asumir la responsabilidad del rescate.
Así por Orden General del Cuerpo de la Guardia Civil número 5 de 11 de Marzo de 1.967 se crea la Especialidad de Esquiador-Escalador “con miras a lograr una mayor eficacia tanto en la búsqueda y rescate de accidentados como en los servicios peculiares del Cuerpo y de aquellos otros en los que, en bien del Servicio, sea aconsejable aprovechar esta Especialidad...”

A partir de entonces los cursos de Coll de Ladrones comienzan a tener más contenido y constan ya de dos fases de instrucción; una estival de mes y medio de duración y otra invernal de tres meses. Al mismo tiempo, en la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (E.M.M.O.E.) se instruyen los profesores e instructores que formarán parte del profesorado eventual que es agregado al Curso de Esquiadores-Escaladores según las necesidades de cada fase del curso.
Las primeras Unidades de Esquiadores-Escaladores que empiezan a funcionar en España son las de Jaca, Boltaña, Granada, Navacerrada y Reinosa. En otros puntos de la geografía nacional con orografía difícil los guardias civiles que han recibido la formación en Coll de Ladrones, que por entonces recibía el nombre de Escuela de Capacitación, prestan servicio como un componente del Cuerpo más y en caso de rescate salen a realizarlo, con la falta de preparación técnica que esto suponía. Tal fue la dificultad de acoplar este tipo de Unidades a la estructura de la Guardia Civil de finales de los años sesenta que fueron denominadas “Unidades Impropias”.

Muchas de ellas fueron dejando de existir debido a la falta de preparación y de concienciación de quienes mandaban a aquellos guardias-montañeros que no concebían que como parte de su trabajo debían de tener tiempo para su preparación física y técnica. Otro de los obstáculos que los guardias civiles debieron salvar fue la mentalización de los montañeros de la época que hasta la fecha habían visto cómo los miembros del Cuerpo realizaban tareas completamente diferentes al socorro en montaña y veían la nueva función de la Institución con recelo.
La Unidad de Jaca comienza a funcionar al mando de un Sargento el 29 de Octubre de 1.968 y debido a la gran cantidad de trabajo y al apoyo de los montañeros aragoneses empezó a aumentar su nivel técnico con la experiencia y los cursillos conjuntos que se organizaban con la Federación Aragonesa de Montañismo. Tal fue el nivel alcanzado que la Federación traspasó todo el equipo específico de rescate con el que contaban los voluntarios para uso de la Guardia Civil de Jaca. A partir de ese momento los voluntarios ya no eran necesarios y la Guardia Civil empieza a trabajar de manera autónoma. Por aquel entonces no había espacio en el cuartel de Jaca para alojar a la nueva Unidad de Esquiadores-Escaladores, por lo que se les cedió unas dependencias del cuartel de Los Estudios, un acuartelamiento del Ejército en desuso. Posteriormente, con la construcción del nuevo cuartel junto a la Escuela Militar de Montaña en 1.973, los montañeros de la Guardia Civil se acoplan con el resto de sus compañeros del Cuerpo.
Era necesario exportar el modelo jacetano al resto del territorio nacional y mirar al otro lado de los Pirineos donde la Gendarmería francesa llevaba con éxito el rescate en montaña desde hacía muchos años mediante un sistema que había que copiar pero con las peculiaridades de la Guardia Civil. Precisamente fueron los gendarmes franceses los que apoyaron en los primeros años el funcionamiento de las Unidades de Montaña de la Guardia Civil, prestando el servicio del helicóptero para evacuaciones en las que era necesario. En esta época la Unidad de Jaca se encontraba al mando de un suboficial que era el encargado de las relaciones entre las unidades de ambos lados de los Pirineos que tan buenos frutos dieron. Posteriormente las Unidades de Jaca y Boltaña se convierten en la primera Sección de Montaña de la Guardia Civil al mando de un Teniente.

Para el proyecto de creación de la nueva especialidad de Montaña se elige a un Capitán del Cuerpo, quien se encargaría de diseñar el despliegue de las Unidades, establecer una doctrina de empleo de las mismas y diseñaría unos programas de enseñanza siguiendo el modelo europeo, con objeto de ser homologadas por la CISA (Comisión Internacional de Socorro Alpino)

Coincidiendo con el auge de la creación de especialidades en el Cuerpo, se publica la Orden General nº 15 de 5 de Mayo de 1.981 de Reorganización de las Unidades de Esquiadores-Escaladores de la Guardia Civil. En la misma Orden se crea la Inspección del Servicio de Montaña y el Centro de Formación de Esquiadores-Escaladores bajo el mando de un mismo Comandante.
La Orden General de 5 de Mayo de 1.981 marca un período de transición, más que un antes y un después, en la organización de las Unidades de Montaña.
Se habla de la necesidad de formar Unidades equipadas e instruidas para vivir, moverse y “combatir” en terreno de montaña de altitud superior a los 1.500 metros. Además de las Unidades que se crean para cubrir el Sistema Central, Gredos, Sierra Nevada, Pirineos, Cordillera Cantábrica y Picos de Europa, vuelve a aparecer la figura del especialista que se encuentra encuadrado en un Puesto de Rural, lo cual se había demostrado inoperativo en años anteriores.















Era necesario un cambio más ambicioso y, sobre todo, cambiar la mentalidad de los Mandos de los que dependerían las Unidades, ya que a principios de los años ochenta no se entendía la figura del guardia civil que utiliza su tiempo de Servicio en prepararse física y técnicamente.
El apoyo mostrado por el Estado Mayor de la Guardia Civil al proyecto hace que se salven los escollos iníciales y en el Boletín Oficial del Cuerpo del 6 de Julio de 1.981 se publica la Orden General nº 27 de 25 de Junio por la que se convoca un Curso de Esquí-Escalada que en un primer momento se iba a realizar en la Escuela Militar de Montaña y que, sin embargo, se realizó ya en las instalaciones de la vieja Aduana de Candanchú. Este curso se conoce en la Especialidad como “Curso Piloto” y aunque su duración fue de sólo 4 meses serviría para diseñar el método de enseñanza de los primeros cursos de Montaña. Además de los instructores recientemente destinados al CAEM, se concentra a especialistas de las nuevas Unidades.

Por la Orden General nº 40 de 10 de Agosto de ese mismo año se cambia la denominación de las Unidades que pasan de llamarse Pelotones y Equipos de Esquiadores-Escaladores a recibir la denominación que conocemos actualmente de GREIM´s y EREIM´s. Así mismo el Centro de Formación pasa a denominarse Centro de Adiestramientos Especiales de Montaña (CAEM). En esa misma Orden General se reubican las Unidades de Burguete (Navarra) y Cistierna (León) y en Orden General nº 73 de 29 de Diciembre se crea la de Mora de Rubielos (Teruel), lo que da idea de que la formación de la Especialidad de Montaña se hacía de manera dinámica respondiendo a las necesidades que iban surgiendo.
El I CURSO DE MONTAÑA se convoca por Orden General nº 33 de 13 de Mayo de 1.982, el día del 138º Aniversario de la Fundación del Cuerpo. Se organiza en 4 Fases, 2 de Adiestramiento Básico en vida y movimiento en Montaña, una estival y otra invernal y otras 2 de perfeccionamiento y socorro, también en las dos estaciones, con un tiempo total de 4 meses y medio de instrucción. Se piden aspirantes jóvenes, 28 años como máximo los Cabos y 25 los Guardias y parte del equipamiento debe ser costeado por los aspirantes a especialista.








Inauguración del CAEM























Fue importante la separación de la formación recibida en la Escuela Militar de Montaña de la nueva que se iba a recibir en el CAEM. Prácticamente los miembros del Cuerpo que habían sido instruidos en el centro militar sólo podían aprovechar los conocimientos de Vida y Movimiento en Montaña y Primeros Auxilios, mientras que en el CAEM, además de éstos se impartirían conocimientos específicos sobre rescate en todo tipo de ambientes y condiciones, los cuales ya habían comenzado a ser impartidos en Coll de Ladrones.