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Los fundadores de la Guardia Civil



Una vez acabada la larga y cruenta guerra contra la Francia napoleónica, el estado caótico de la administración y las fuerzas armadas había provocado el desorden y la inseguridad en gran parte del territorio español. Para evitar el bandolerismo, que se agravaría aún más con motivo de la Primera Guerra Carlista, el gobierno puso en marcha varias iniciativas para emplear las fuerzas del ejército en la persecución de los malhechores.
El antecedente inmediato de la Guardia Civil fue en 1820 la Legión de Salvaguardias Nacionales, idea del primer Duque de Ahumada y Marqués de las Amarillas, el donostiarra de origen navarro Pedro Agustín Girón (San Sebastián, 1788 - Madrid, 1842). Fue combatiente de la Guerra de la Independencia –en la que, entre otras localidades, tomó a los franceses Tolosa y Pasajes, además de participar decisivamente en Bailén–, de la Primera Guerra Carlista, Ministro de la Guerra y miembro del Consejo de Regencia durante la minoría de edad de Isabel II.
Esta propuesta, nacida durante el Trienio Liberal, surgió ante la extensión del desorden que hacía intransitables los caminos y que condenaba a extensas zonas rurales a permanecer fuera del imperio de la ley. El proyecto era crear una fuerza de orden público formada por elementos provenientes del ejército con hojas de servicio intachables.
Pasó un cuarto de siglo y en 1844, siendo presidente del Gobierno el General Narváez y teniendo lsabel II catorce años, fue nombrado ministro de la Guerra Manuel de Mazarredo (Bilbao, 1807 - Bilbao, 1857), de ilustre estirpe militar vizcaína, jefe de Estado Mayor con Espartero y Capitán General de Castilla la Nueva y de las Vascongadas. Combatió en el bando isabelino durante la Guerra Carlista, participando en numerosas acciones. Durante su mandato dedicó preferente atención a la organización de la Guardia Civil, que fue creada ese mismo año por iniciativa suya.
El 15 de abril de ese año nombró director del cuerpo recién creado –por Real Decreto del Consejo de Ministros publicado el 13 de mayo– al navarro Francisco Javier Girón y Ezpeleta –hijo de Pedro Agustín–, segundo Duque de Ahumada (Pamplona, 1803 - Madrid, 1872).
Descendía de una familia de rancio abolengo y larga tradición militar. Desde niño alistado en el ejército, ascendió a coronel a los veintisiete años y a mariscal de campo a los treinta y siete. También él veterano combatiente liberal en la Guerra Carlista, sería el encargado de organizar el cuerpo y darle la forma e inspiración con las que ha llegado hasta nuestros días.
Es muy contada una anécdota sucedida en su juventud. El famoso bandolero andaluz José María el Tempranillo, abandonada al final de su corta existencia la vida delictiva, formó parte de un cuerpo destinado a perseguir la delincuencia bajo el mando del a la sazón Capitán General de Andalucía, Pedro Agustín Girón, primer Duque de Ahumada. Entró un día en el despacho sevillano de su superior, quien le presentó a su hijo, por entonces al mando de un cuerpo de infantería.
–Hijo, te presento a un valiente –dijo el Capitán General.
A lo que respondió el ex-bandolero:
–Un valiente no, señorito, sino un hombre que nunca se aturde.
Según parece, la respuesta de El Tempranillo fue enseñanza que guardó siempre el futuro fundador de la Guardia Civil.
El carácter disciplinado de la Guardia Civil, su eficaz labor, su espíritu de sacrificio y su íntimo contacto con la población de los rincones más apartados de España hizo que no tardase en convertirse en el cuerpo armado más admirado y querido por el pueblo, sentimiento que pervive más de un siglo y medio después de su creación.
El cuerpo que diseñara un guipuzcoano, fundara un vizcaíno y organizara un navarro ha visto caer, por el momento, a doscientos cuatro de sus integrantes asesinados con cobardía en nombre de la liberación de Euskalerria.


Extraído del Libro La Nación Falsificada del Historiador y Abogado  Santanderino Jesús Laínz

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