Diorama
sobre la firma del Real Decreto Fundacional, en el Museo de la Guardia Civil.
Con una intuición magistral, D. Benito Pérez Galdós
escribió en su momento:”Fue creado en el seno de España un ser grande, eficaz y
de robusta vida: la Guardia Civil”. Abundando en este mismo criterio, D.
Ricardo de la Cierva rubrica que “… se fundó al comenzar la primavera de 1.844
una Institución capital Española, destinada a pervivir a través de las circunstancias
y regímenes más diversos: la Guardia Civil”.
Real
Decreto Fundacional
A mediados del siglo XIX configurado
por el Duque de Ahumada y a través de dos Decretos de fechas 28 de marzo y 13
de mayo de 1.844 (Real Decreto Fundacional, en el número 3530 de la Gaceta de
Madrid, de fecha de 14 de mayo), propiciado por la necesidad de disponer de una
fuerza de seguridad pública en todo el territorio nacional, se fundó Cuerpo de
la Guardia Civil al que se dotó con un Reglamento Militar en cuanto a su
organización, personal, disciplina y material y otro para el Servicio, que
modelaron la idiosincrasia del guardia civil: disciplina, capacidad de
sacrificio y lealtad, características que mantenidas a lo largo del tiempo, le
han permitido llevar a cabo las misiones encomendadas con gran eficacia.
Su presencia en actividades humanitarias de todo tipo y el rigor en el
desempeño de su servicio, le granjearon muy pronto el respeto y la admiración
del pueblo español, siéndole otorgado el título de Benemérita el 4 de octubre de
1929 (al concedérsele la Gran Cruz de la Beneficencia), mediante Real Decreto 2.088, el Consejo de
Ministros concedió al Cuerpo de la Guardia Civil la Gran Cruz de la
Beneficencia a propuesta del Ministro de la Gobernación, don Severiano
Martínez Anido, con arreglo a lo dispuesto en los artículos 5º y 8º del Real
Decreto de 29 de julio de 1910 (Gaceta de Madrid nº 214, de 2 de agosto) por el
que se refundían en una sola las distinciones honoríficas denominadas Cruz de
Epidemias y Orden Civil de Beneficencia. Concretamente el Real Decreto
sancionado por S.M. el Rey D. Alfonso XIII decía así (Gaceta de Madrid º 279):
“Vengo en
conceder la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia, con distintivo negro y
blanco, al Instituto de la Guardia Civil por los innumerables actos y servicios
abnegados, humanitarios y heroicos que los individuos pertenecientes al mismo
han realizado con motivo de incendios, inundaciones y salvamento de náufragos.”
Como
consecuencia de esta concesión, la Dirección General del Cuerpo, publicó la
siguiente Orden General de fecha 7 de octubre de 1929:
"Al
transmitir a todos el Real decreto que antecede y por el cual S.M. el Rey
(q.D.g.) premia vuestros relevantes servicios, felicito a los Generales, Jefes,
Oficiales y Tropa por tan señalada distinción y en una forma tan sincera como
es la satisfacción que con vuestra conducta me hacéis sentir.
Más obligados
aún a la fiel interpretación de nuestros Reglamentos, yo, que ya os conozco, no
necesito exhortaros a ello.
Sois
dignos de los que supieron ganar para la Institución el título de Benemérita,
y está orgulloso de mandaros, vuestro General Director. José Sanjurjo”.